lunes, 10 de enero de 2011

Vivian Maier, la fotógrafa desconocida

Definitivamente entre los mejores fotografos de calle que han existido.

¿Desconocida? No es raro, yo supe de ella hace dos días y nada sabríamos si no es porque el agente literario John Maloof, buscando material para un libro que estaba escribiendo acerca de la ciudad de Chicago, compra por apenas US$400 una caja de fotografías anónimas en un remate y descubre el maravilloso trabajo de treinta años de esta mujer.

Cuando Maloof entendió lo que había comprado inmediatamente regresó y adquirió el resto de las cajas con más de 100.000 negativos y entre 20.000 y 30.000 más en rollos sin revelar.

Después de mucho revisar y organizar descubre un nombre escrito a lápiz en uno de los sobres, se pone a investigar en internet y descubre la esquela mortuoria publicada en la prensa por el fallecimiento de esta niñera de Chicago desconocida para el resto del mundo excepto para sus antiguos patronos quienes publicaron la nota en la prensa. Ahora intenta publicar un libro y organizar exposiciones desbordado por el trabajo que implica catalogar toda la producción de esta mujer.

La producción de Vivian Maier puede ser vista en el blog creado por Maloof, vivianmaier.blogspot, y en mi opinión esta al nivel de grandes como Robert Frank, Robert Doisneau o Brassaï. La capacidad y la técnica de Vivian Maier es alucinante, esas fotografías las tomaba con una Rolleiflex de formato medio que se sostenía contra el pecho colgando del cuello y se enfocaba viendo un visor en la parte superior de la cámara (ver autorretrato al comienzo del post), el nivel de dificultad es notable y a pesar de eso capturaba momentos especiales que solo duraban un segundo.

El asunto me parece fascinante sobre todo por el hecho del anonimato de la protagonista; durante su vida se dedicó a cuidar niños de familias adineradas y al parecer nunca intentó dedicarse profesionalmente a la fotografía. Los que la recuerdan cuentan de una mujer anti-católica, feminista, socialista, sin pelos en la lengua y amante del cine europeo pero al parecer sin familia ni amistades cercanas, el dueño de la tienda donde de vez en cuando revelaba sus películas cuenta de una mujer abierta y expresiva pero que prefería mantener las distancias. Entre las cosas adquiridas por Maloof se encuentran gran cantidad de libros de fotografía que muestran el gran interés que tenía por el tema pero se desconoce si alguna vez lo estudió formalmente.

¿Fue Vivian Maier una fotógrafa ninguneada por galerías y editores? Lo dudo, aún viviendo en los años 50s y 60s, esas decadas vieron a fotógrafas de la calidad de Berenice Abbot, Diane Arbus o Dorothea Lange ser reconocidas ¿Una mujer insegura que desconfiaba de la calidad de su trabajo? ¿Una excelente fotografa amateur cómodamente instalada en sus labores de niñera? ¿Una artista pura a la que no le importaba la opinión de los demás (o que al contrario le importaba demasiado)?  De vivir en la actualidad ¿Habría tenido una cuenta en Flickr?

Como el mismo Maloof comenta, es frustante; el obituario que lo puso en su pista era de apenas el día anterior a la búsqueda y Vivian Maeir solo tenía dos días de fallecida cuando decidió googlearla.

Un verdadero misterio.

John Maloof está en el proceso de publicar un libro y un documental (si puede, que ha gastado un dineral tanto en el revelado de los rollos como en los equipos para escanear) que quizás revele parte de la historia de esta mujer que nunca salía a la calle sin su cámara.

Se esperan con ansias.

lunes, 3 de enero de 2011

Fin de otro clásico

En estos días me entero que Dwayne's Photo (último laboratorio certificado) en Parsons, Kansas, el pasado 30 de diciembre reveló su último rollo de película Kodachrome.

El mismo pertenecía a Steve Curry, fotografo de National Geographic, un celebre desconocido para el público en general por ser el autor del famoso retrato de la chica afgana (aquí escaneado de mi ejemplar particular).

Más de 75 años estuvo esta película en el mercado compitiendo con Fujichrome y Ektachrome, de proceso de revelado más simple y económico, pero escogida por los profesionales por su capacidad de soportar el paso de los años y la calidad del color (esta fotografía de 1949 es prueba de ello). Descontinuada en el 2009 por Eastman Kodak ante el auge de la fotografía digital otro gadget tecnológico del siglo pasado que no sobrevive al esfuerzo. Y aunque aún no se puede garantizar en las cámaras digitales la calidad de las imagenes que da la diapositiva a menos que se haga una gran inversión, el descenso en picada de los costos de estas provoca la desaparición paulatina de todos esos medios analógicos antiguos quedando algunos, supongo, como curiosidades artístico-artesanales.

Obviamente que contra el avance de la tecnología no podemos estar, no soy un ludita fotográfico, pero en estos días me tocó realizar copias de antiguas películas de mi padre con más de 40 años y en perfecto estado y se me ocurre pensar cuanto de lo que tenemos hoy en nuestros discos duros estará disponible ese mismo tiempo (acabándome de enterar que perdí la mitad de las fotografías de un viaje de hace dos años mientras realizaba un respaldo).

Haciendo click acá algunos resultados de ese último rollo que, supongo con cierta intención trágica, finaliza con una toma de un cementerio en Parsons.

Réquiem para esta película que nunca llegué a usar (fin de una era como el mismo Steve Curry dice en su blog) con una canción que en su honor escribió Paul Simon: