viernes, 30 de diciembre de 2011

Pequeño, grande

Terrible.

Que en un libro de 671 páginas me haya dejado sin leer las dos últimas y que en verdad no me haya importado.

Reincidente que es uno, ya me había pasado con Aegypto del mismo Crowley, pero es que Pequeño, grande ganó el World Fantasy Award de 1982, algo bueno tenían que haberle visto. Además el tema no pinta nada mal; el mundo de las hadas y su encuentro con una extraña familia que tiene la capacidad de verlas e interactuar con ellas en su extraña y fantástica casona que pareciera una puerta a ese mundo "pequeño".

Pero no, me encontré con este libro donde Crowley se explaya en rebuscadas y enrevesadas metáforas, con personajes que no entienden nada de lo que pasa y por supuesto nadie se preocupa por preguntar, aclarar y mucho menos por explicarselo al lector (o sea yo).

Y pasan y pasan y pasan páginas y la historia se alaaaaarga y paseamos por todos esos descendientes de la famila Bebeagua y sus largas descripciones y reflexiones. Quizás gracias al joven Auberon y su extraña aventura en un Nueva York casi apocalíptico logré llegar al final...casi.

Pero total, supongo que soy yo el equivocado, se pueden buscar las reseñas en la web donde todos dicen que es una maravilla (al igual que con Aegypto, del que no guardo recuerdo alguno excepto que terminé odiando esa historia de amor en el campo).