... y allí estaba yo: encerrado como tigre herido, traicionado, apuñalado, y ya sin capacidad, sin ningún tipo de poder para defender al pueblo que estaba aquí en las calles (Puente Llaguno), que se vino sin armas a defender al Palacio de Miraflores (…) al muerto que tenía nombre"
Que coincidencia, segunda vez que el tigre herido se rinde.
Supongo que estos "desarmados" tienen cambures en las manos:
Ahora, más allá del pueblo valeroso luchando por su tigre herido... que cursi se puede poner la revolución cuando quiere ¿verdad? Y la vaina como que viene de lejos, como las historias de campesinitos mártires en la URSS durante la segunda guerra mundial.
1 comentario:
Y hasta ese día la gente llamaba a ese lugar "El Puente de Carmelitas".
Qué diría mi abuelita?
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