lunes, 21 de abril de 2008

Un puente lejano



A Bridge Too Far
Cornelius Ryan, 1974
Editorial Inédita, 2005
Traductor: Aurora Ortiz de Zárate Aguirresarobe


Crónica de lo que muchos consideran uno de los mayores fracasos aliados de la Segunda Guerra Mundial, la operación Market Garden, el intento aliado en septiembre de 1944 de crear una cabeza de puente en el Rin, rodear la Línea Sigfrido e ingresar rápidamente en Alemania poniendo fin a la guerra ese mismo año.

Planeado por el Mariscal Montgomery, el plan consistía en capturar un estrecho corredor de 100 Kms que se extendía desde la frontera belga por Holanda hasta el pueblo de Arnhem en el Rin. La operación incluía la captura, simultáneamente, de numerosos puentes en el camino por parte de tropas aerotransportadas en paracaídas y planeadores (Market) antes de que los alemanes los destruyeran mientras el XXX Cuerpo del ejercito británico avanzaba sus tanques y la infantería en fila india cruzando Holanda desde Bélgica hasta Arnhem (Garden), asegurando el camino y la cabeza de puente que permitiría entrar en el corazón de Alemania.

Era un plan delicado, los paracaidistas del 1° Aerotransportado británico, 82° y 101° estadounidense tenían que aguantar supuestos cuatro días a que llegaran por tierra los refuerzos en un cronograma que no soportaba retrasos ni complicaciones.

El exceso de confianza de ese sobrevalorado militar con el ego inflado que fue Montgomery, queriendo ganarle la mano a Patton en una competencia estúpida de quien la tiene más grande, apoyado por todo un mando militar incapaz de aceptar dudas y temores, que despreciaban las pruebas que mostraban a unos alemanes re-organizados y aún fuertes (incluso las fotografías aéreas de una división Panzer donde según ellos no debería de haber ninguna), que desconocían la Ley de Murphy (por supuesto, esta no se "descubrió" hasta después de la guerra) y que ignoraron por completo a los militares y a la resistencia holandesa, conocedores del terreno, terminaron creando un pasillo que no conducía a ninguna parte (nunca se ocupo el puente de Arnhem), que costó más de 10.000 muertos aliados y más de 6.000 prisioneros (sin mencionar civiles holandeses y bajas alemanas) en ocho días de operaciones (muchos más que incluso el Desembarco en Normandía) y que representó la última victoria táctica de la Alemania Nazi.

Interesante librote (excepto por el principio, donde los preparativos se hacen lentos y pesados); Cornelius Ryan se informó profundamente, entrevistó a multitud de personas protagonistas de la acción, desde los altos mandos ingleses y alemanes hasta soldados de a pie y civiles y construye esta historia de un gran descalabro, una enorme sucesión de meteduras de pata que te reconcilian con la vida civil (por más que haya multitud de gerentes que se comporten igual) y que terminas de agradecer a Tutatis de que en la mayor parte del mundo civilizado el mando militar está restringido a los cuarteles.

Un extra:
La versión cinematográfica (justamente la vi hace poco), Un puente demasiado lejos , 1977, maratónica producción de Richard Attenborough con todo un paseo de grandes figuras (Gene Hackman, Anthony Hopkins, James Caan, Elliott Gould, Sean Connery, Ryan O'Neall, Maximilian Schell, Liv Ullmann, Laurence Oliver, etc., etc., etc.) basada en el libro, muestra los principales detalles de tan mal llevada mega operación, hecha mucho antes de la manía de la cámara en mano (se agradece) ha visto pasar el tiempo y le falta la crudeza del cine bélico actual pero igual es muy recomendable.

sábado, 12 de abril de 2008

De cosas por hacer

La siempre amable y últimamente enrollada Acerina me asignó una tarea, uno de esos memes que pululan por la red, 8 cosas que deseo hacer antes de morir. Y cuando me detuve a pensar en ellas me he dado cuenta de que hay muchas cosas que desearía hacer pero, y he aquí el dilema, me he dado cuenta que en muchas de ellas es poco lo que he hecho para hacerlas.

Mi vida se parece a mi escritorio (anexo foto para asombro, desconcierto y burla del público en general) y que no quede duda, así soy yo.



Obviamente, una cosa que debería hacer antes de desear cosas que puedo hacer es ordenar y limpiar el escritorio, literal y figurativamente. Como me comentaron una vez; no solo me quiero ganar el Kino, es que me lo quiero conseguir en el piso.

miércoles, 2 de abril de 2008

¡Es un virus!

Y se contagia por contacto (seguro que es esa abrazadera en las cumbres):

"Esta vez no vinieron con tanques, sino con 'generales multimediáticos' que han tergiversado la información"


"Sé que hay costos personales que pagar, que cuando uno elige el camino del pueblo, de una sociedad justa, las cosas se hacen más difíciles"


"He visto el rostro de un pasado que pareciera querer volver: el 24 de febrero de 1976, un mes antes del Golpe, también hubo un lock out patronal... las mismas organizaciones que hoy se jactan de llevar adelante el desabastecimiento llamaron a un lock out"

Cristina Kirchner


martes, 1 de abril de 2008

Guardianes de la noche


Sergei Lukyanenko
Nochnoi dozor, 1997
Editorial Plaza y Janés, 2007
Traducción: Jorge Ferrer



"El Mal no precisa de sus manos para aplastar el Bien. Para él es mucho más sencillo dejar que se aniquile a sí mismo"


Enfrentados por miles de años, las fuerzas de Bien y el Mal, la Luz y las Tinieblas, llegaron a un pacto para evitar las muertes y destrucciones innecesarias y crearon las Guardias; Nocturna para los servidores de la Luz y Diurna para los servidores de la Oscuridad. Velando para evitar maldiciones no autorizadas, conversiones morales en los mortales, vampiros sedientos cazando su comida sin el permiso correspondiente o freelances que deciden librar su propia guerra, ambas guardias supervisan a los agentes enemigos evitando acciones que acaben con el equilibrio entre fuerzas.

Tres historias se reúnen en este libro mostrando las actividades, reflexiones, dudas, peligros y vicisitudes de Antón, agente de la Guardia Nocturna en el departamento de Moscú. Antón pertenece a la minoría de seres humanos con la capacidad de entrar en el Crepúsculo, mundo de sombras paralelo al nuestro. Son personas que cuando descubren su potencial, generalmente en su juventud, son reclutados por las Guardias después de elegir a que bando quieren servir separándose de la humanidad, convirtiéndose en parte de los Otros.

En un mundo de escala de grises, donde no existe el blanco y el negro puros y la diferencia entre buenos y malos se diluye en una penumbra de justificaciones y excusas, cuando los métodos de cada cual no difieren mucho y muchas veces los resultados tampoco, es difícil justificar la elección que se haya tomado y obedecer las ordenes recibidas. Tema central del libro alejado del maniqueísmo, las dudas de Antón, tanto de sus capacidades como de sus decisiones, así como los intentos de descifrar las fintas dentro de las fintas dentro de las fintas de un juego de ajedrez eterno que, como el mismo Antón razona, al parecer pierde su objetivo y se convierte en el juego por el juego, más aún cuando las bondades y maldades se manejan como moneda de intercambio entre las dos organizaciones.

En esta lucha del bien contra el mal, cuando las fuerzas luminosas en su esfuerzo por lograr la felicidad de los humanos han creado engendros como el fascismo y el stalinismo y autorizan que licántropos salgan de cacería ¿Como puede un agente continuar obedeciendo ordenes sin cuestionarse? ¿Como continuar tratando igual a tus simpáticos vecinos del piso superior sabiendo que son vampiros (eso si, registrados)?

Curiosa especie de novela de espionaje mágico-fantástico, emocionante, interesante, aunque al final se arrastre entre tantas dudas y mortificaciones de su protagonista. Llegué a la misma por la versión cinematográfica, cinta que ha generado tanto admiradores incondicionales (me apunto) como acérrimos detractores, en realidad comparte poco con ella (excepto la nota en la contraportada, que se refiere más a la película que al libro)

Pues me gustó, hay algo en ese tono gris deprimente eslavo que me atrae.

"Un cedazo gris filtraba los colores y los sonidos parecían atravesar tapones de algodón antes de rebotar en los tímpanos. Era como una película muda en blanco y negro, el capricho exquisito de un director de cine. El mundo del que extraemos nuestra energía. El mundo que se bebe nuestras vidas. El Crepúsculo."