domingo, 6 de julio de 2008

La captura de Macalé



La presa di Macallè
Andrea Camilleri, 2003
Editorial Salamandra, 2005
Traductor: María Antonia Menini Pagès


A la mañana siguiente de la confesión, cuando su madre salió a hacer la compra, Michelino encendió el aparato de radio, se encaramó en un taburete y puso un disco de Mussolini. Bajó del taburete y subió el volumen al máximo. La poderosa voz del Duce lo dejó aturdido, le perforó los oídos, le penetró en el cerebro y le provocó escalofríos por toda la espalda. No entendía las palabras porque el sonido era demasiado fuerte, pero era como encontrarse en medio de una tempestad llena de truenos, como sentirse azotado por un viento huracanado, de esos que te levantan del suelo y te elevan al cielo.


En la misma Sicilia fantástica de Montalbano pero sesenta años antes, durante la aventura africana de la Italia fascista, Camilleri nos narra la cruda historia de Michelino, niño de seis años hijo de Gerlando Sterlini, comisario fascista del pueblo.

Michelino es un niño inteligente y extrañamente tan cruel como inocente. Interpretando literalmente todo lo que le enseñan padres, maestros y sacerdotes e intentando a su manera obrar bien de acuerdo a una cultura de odios, racismo e hipocresía que lo rodea, se embarcará en una cruzada particular contra lo que la dictadura fascista aliada con la iglesia le enseña que es el enemigo; el comunista ateo y el salvaje africano.

Sentimientos encontrados genera este niño, perfecto prototipo de ese prohombre fascista, capaz de matar a un animal indefenso pero que al mismo tiempo sabemos producto de esa sociedad que enaltece la crueldad. Sociedad que de puertas para afuera exalta los valores tradicionales de la familia y la religión pero donde puertas adentro encontramos maestros pederastas, esposas adúlteras y sacerdotes promiscuos.

Camilleri nos muestra en esta tragicomedia una metáfora de la inocencia de un pueblo destruida por el culto a la muerte y al odio creado por un gobierno autoritario, de ese fascismo estúpido y cruel que extrañamente drogó y embrujo a todo un país por más de 20 años embarcándolo en un sueño de grandeza, superioridad y desprecio al otro.

A ratos divertida, una magnifica, triste y conmovedora novela que me he leído de un solo tirón en la mañana del sábado (como en mis mejores días).

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