Berlin. The Downfall, 1945, 2002
Antony Beevor
Crítica, 2002
Traducción: David León GómezLos últimos meses del Tercer Reich, desde diciembre de 1944 hasta mediados del 45, enfocados especialmente en el derrumbe del frente del Vístula, del Rhin, del Oder y la caída de Berlín, narrados con el estilo de Beevor que ya conocía de
Stalingrado; muchos mapas y fotografías, numerooosas fuentes y numeroooooosas citas. Citas y referencias que muchas veces no aportan nada, ni siquiera por el hecho curioso (alguien vio como destruían un tanque en una batalla y lo describe, por ejemplo) pero muchas se refieren a la experiencia personal de los que sufrieron la guerra (el hambre, el miedo, las violaciones) y por supuesto, esas valen mucho.
Libro interesante (aunque tiende a hacerse pesado con tantos nombres de ciudades, ejercitos y comandantes rusos, alemanes y estadounidenses que van y vienen) que intenta ser imparcial mostrando los desmanes de la guerra que cometieron todos los bandos: los saqueos sistemáticos en el frente occidental que realizaron los aliados, los errores estratégicos de un EEUU que nunca aprendió a ver realísticamente la política internacional (y que aún no aprende), la destrucción, violaciones y asesinatos masivos que realizaron los soviéticos en el frente oriental (tanto sobre alemanes como sobre sus propios ciudadanos) y por supuesto la grave ceguera del pueblo alemán siguiendo a un líder desquiciado, un megalómano que se identificó de tal manera con la nación que pensaba que su muerte era el fin de esta por lo que no tenía ninguna importancia preocuparse por un futuro después de él (patético como los Goebbels matan a sus hijos ya que para ellos no existía un mundo fuera del nacional socialismo).
Asombroso la cantidad de inocentes que murieron por los errores y el ego de unos cuantos; miles de alemanes por el orgullo de unos lideres incapaces de aceptar una derrota que era obvia, miles de alemanes por la furia irracional soviética ocasionada por la demencia irracional con que se trató a los rusos en el 42, miles de rusos por el empeño de unos lideres en capturar una ciudad que en el fondo no significaba nada, otros miles de rusos por la desconfianza al "otro" (deprimente, por ejemplo, que de ochenta generales rusos prisioneros de la Wehrmacht solo 30 sobrevivieron al final de la guerra para ser arrestados luego de ser "liberados" por las autoridades soviéticas siendo condenados 11 de ellos a muerte), miles de europeos orientales por las purgas comunistas al permitir el torpe mando aliado el control de Europa Oriental por los soviéticos (lo que es más absurdo aún, un control que se obtuvo por el estúpido ataque fascista a la URSS para impedir lo que nunca lograron los intentos comunistas internos en la década de los 20s y los 30s).
"La historia siempre concede mayor importancia a los hechos terminales" dijo Albert Speer y tenía razón, en este libro se ve que la guerra la padecen los pendejos mientras los poderosos juegan con sus vidas como si fuesen fichas.
Hechos curiosos: el enemigo externo era tan importante para Stalin que engañó a sus generales durante 20 años ocultándoles que se había recuperado el cuerpo de Hitler para que de esta forma siguieran temiendo el regreso de su gran enemigo, seriamente los rusos pensaron que podría haber una alianza entre aliados y alemanes para acabar con la URSS y no estaban muy equivocados ya que el mismo Churchill ordenó un estudio para un posible continuar de la guerra con ayuda de los 70.000 soldados alemanes desmovilizados y llevar así a los rusos hasta sus fronteras. Buen tema para una
ucronía ¿no?