martes, 24 de agosto de 2010

De mineros y dioses poderosos


En estos días, navegando por estas redes sociales de nuestro siglo XXI que nos tocó vivir, me encuentro con cierta frase de una amiga que no pienso citar textualmente porque me da flojera pero que vino a ser algo así como "que poderoso es dios que logró salvar a esos 33 mineros chilenos".

Traté de convencerme a mí mismo de no comentar nada pero no me aguanté, juro que lo intenté, pero no pude dejar de sugerir que si ese dios fuese en verdad poderoso estos mineros estarían actualmente sentados a la mesa con su familia en lugar de estar comiendo dos cucharadas de una lata de atún cada 48 horas.

El caso es que la respuesta obtenida de algunos internautas creyentes fue algo así como, en resumen, que dios era misericordioso porque los mantenía con vida a pesar de que él nunca les ordenó que se metieran en ese dilema. Igual no los abandonó (aunque fue su gracia infinita la que les proporcionó el libre albedrío para que arriesgaran su vida en estos trabajos) y solo su misericordia los mantiene pasando hambre y penalidades enterrados en ese agujero pero vivos.

Creo que el punto culminante fue cuando me dijeron que a dios no se le piden explicaciones solo se le agradece que vivamos felices y el que no vive feliz es por su propia culpa ya que somos nosotros quienes decidimos si vivimos felices o no.

Que todos esos argumentos estuviesen plagados de contradicciones obvias expresadas en la misma frase no parecía molestar a ninguno de ellos. Llegué a la conclusión de que vivimos en planos distintos o el ansia de creer en algo genera el mismo doblepensar del discurso político. Más o menos en este momento decidí dejarlo pasar, las dudas no pueden sembrarse en el que no desea dudar.

Ya que pareciera existir un grupo humano en el que el raciocinio está subordinado a creencias basadas en auto-llamados iluminados no me queda más que ponerme en modo profeta y soltar una parábola:

MODE BIBLIC_PROPHET=ON

Existía un hombre muy poderoso y misericorde, su grandiosa voluntad había dado vida a muchos hijos a los que quería y adoraba con su amor infinito suministrándoles todo lo que necesitaban. Este hombre poderoso tenía un barco con el que navegaba a donde su voluntad quisiera llevarlo en compañía de su amada familia.

Un día, uno de sus hijos se asomó a la borda y resbaló cayendo al mar.

Su amoroso padre, en un gesto de misericordia infinita, le lanzó un salvavidas y continuó su camino.

Mientras el pequeño hijo intentaba mantenerse a flote y pedía ayuda su familia cantó loas y alabanzas al padre por no haberlo dejado ahogarse en el profundo mar. Cuando alguien preguntó "Oh, padre querido ¿Porqué mejor no cambias el rumbo del barco y lo rescatamos?" el adorado padre mantuvo el silencio y no dió explicaciones.

Sus otros hijos vieron esto y justamente interpretaron que el padre nunca le dijo al hijo naufrago que se asomará a la borda, su libre albedrío lo llevó a esta situación y el solo tendría que salir de la misma, su grandioso amor y poder lo mantuvo a flote y dieron gracias al padre por su gran misericordia.

Alabado sea su nombre.
MODE BIBLIC_PROPHET=OFF

Esto fue palabra de Juan, el que tenga ojos que vea.

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