miércoles, 22 de septiembre de 2010

País de espías


Al igual que en Mundo Espejo, William Gibson escribe una historia que se desarrolla en el mundo actual pero que curiosamente parece una clásica novela de ciencia ficción.

Nos encontraremos con unos personajes extraños, algo bordes, como cualquier personaje cyberpunk, amantes de los gadgets tecnologicos, paranoicos, obsesivamente compulsivos, como mucho personaje cyberpunk. Perseguidos por subterráneas conspiraciones de organismos de seguridad o por oscuras empresas transnacionales...como en el cyberpunk.

Y similar a mucha novela de ciencia ficción, una historia que se revela poco a poco, que amerita paciencia y, como muchas historias de Gibson, con un final algo abierto y ambiguo.

¿Y de que va?

Hollis, antigua cantante del ahora disuelto Toque de queda, intenta dedicarse al periodismo y es contratada para escribir un artículo para una misteriosa revista que aún no se publica (cuyo dueño resulta ser Hubertus Biggend, al que ya conocimos en Mundo espejo) acerca del arte locativo: la creación de representaciones virtuales en localidades reales (asistidas por GPS) y visibles mediante dispositivos de realidad aumentada.

En realidad la intención de Biggend es ubicar un misterioso container que pasea por el mundo y detrás del cual también se encuentran un agente retirado de la CIA (ayudado por Tito, miembro de una familia chino-cubana de Manhattan especialista en entregas secretas y seguimientos ocultos) y un agente de seguridad de no se sabe que organismo público y/o privado (quien mantiene secuestrado a un drogadicto enganchado a los calmantes y que le traduce la jerga rusa usada por los chino-cubanos).

Lo que es obvio para cualquiera, todas las historias convergerán finalmente en el dichoso container descubriéndose en el último capitulo la razón de los engaños en los engaños.

Libro fuertemente crítico a la política exterior estadounidense, a la intervención en la vida privada por razones de "seguridad" y al uso de empresas privadas como "garantes" de esa misma seguridad en cierta forma nos muestra que Gibson sigue siendo un autor cyberpunk, el problema es que el cyberpunk es la realidad actual (para que después digan que la ciencia ficción es evasión).

Y como el señor Gibson es una amante de las pseudo-trilogías, este mes apareció en su idioma original Zero History la que seguramente compraremos cuando aparezca en español.

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