lunes, 14 de marzo de 2011

Nunca me abandones

Nunca me abandones de Kazuo Ishiguro es una ucronía muy distópica, una novela que la crítica cataloga de ciencia ficción (aunque el mismo Ishiguro indique que no lo es con razones poco convincentes); es una historia en una Inglaterra alternativa donde los clones son creados y criados para ser usados como proveedores de partes de repuestos en una sociedad que se hace la vista gorda.

El tema de la clonación es tratado muy superficialmente, no hay una verdadera explicación de todo el sistema social creado alrededor de esta, tampoco de la estructura política y la logística necesaria para mantenerlo y cuesta creer la docilidad y aceptación de su destino en estos clones destinados a morir después de unas cuantas donaciones pero la historia de Katty (la narradora), Ruth y Tommy, su proceso de formación y crecimiento, sus amores y desamores y sus amistades y odios es tan vívida y detallada que hicieron que me enganchara y la devorara en pocos días.

Katty evocará los momentos pasados juntos en esta típica escuela privada de la campiña (con su pabellón de deportes, sus reglas de cuidadores e instructores, su esfuerzo en formar personas especiales con gran capacidad artística) y su desarrollo y paulatino descubrimiento de la verdad descrito en el tono de muchas de esas novelas intimistas inglesas, develando poco a poco los detalles de esta fábrica de repuestos humanos y su razón de ser. Una historia triste, llena de melancolía y fatalismo.

Recuerdo hace un montonón de tiempo leí un artículo de Isaac Asimov donde con detalle explicaba por que 1984 es un libro malo de ciencia ficción a pesar de ser una excelente novela. Muchos años después leí 1984 y no tuve más que estar de acuerdo con él; es mala ciencia ficción pero es un libro terriblemente bueno, eficientemente cruel, un perfecto gancho al hígado.

Con Nunca me abandones pasa algo similar, como historia de ciencia ficción quizá sea floja para lo que espera el lector del género. Pero no importa, es un libro muy bien escrito que nos muestra una posible y cruel realidad que, conociendo la naturaleza humana, quizás no sea muy descabellada. Y además una buena excusa para describir este extraño trío y sus vaivenes.

1 comentario:

Marco B. dijo...

Como un doliente de 1984, no pude evitar buscar el artículo de Asimow, y acá te lo paso como referencia: http://www.newworker.org/ncptrory/1984.htm