Hace algún tiempo leí (creo que fue en una de esas laaaaargas introducciones
de Miquel Barceló) que los libros del Ciclo barroco de Stephenson, a
pesar de ser novelas históricas, estaban escritas en clave de ciencia ficción
ya que se ocupaban de narrar como los avances en la ciencia y la tecnología,
así como los cambios en la manera de interpretar el mundo, afectan a los
protagonistas y a la sociedad descrita (sin animo de intentar definir que es ciencia ficción y que no lo es, discusión eterna).
Quizá sea un intento bastante rebuscado de Barceló para justificar y
meter con calzador esta serie en una colección de ciencia ficción (Nova)
pero la idea me quedó dando vueltas en la cabeza: hay libros, que a pesar de no
ser ciencia ficción, están escritos "en clave" de ciencia ficción.
En mi opinión, esto es lo que sucede con Historia cero de William Gibson (y
con los dos títulos anteriores de esta trilogía Hormiga Azul como se le
conoce); a pesar de ser una historia contemporánea, una especie de novela de espías
en el mundo corporativo actual, no deja de darme la impresión de estar leyendo un cyberpunk.
No creo que sea la parafernalia tecnológica, esta ya se encuentra en muchos
de los techno-thrillers actuales, más bien es cierta manera de narrar
los hechos, sin explicar, sin contar, sin aclarar nada. Es un mundo extraño
para el lector (o por lo menos lo es para mí) pero Gibson no sienta a ningún
personaje a contarte y explicarte las cosas, no masca los hechos para ti, tú los debes entender y si no es así
continuaras adelante con la lectura hasta entender de que va todo (aunque a veces eso no ocurra). Una especie
de inmersión obligada en un mundo ajeno, que a pesar de ser actual y contemporáneo, es alienígena
para la mayoría de los lectores.
Lo otro es que Gibson nos está contando de un mundo que está cambiando
gracias (o motivado) a la tecnología. Está naciendo un mundo nuevo y los
protagonistas de Historia cero (y de Mundo espejo y País de espías) se
encuentran afectados por este cambio, son parte de el mismo, a veces causantes
de esos cambios.
Y después de este pajero ¿De qué va Historia cero?
Hollis, la protagonista de País de espías, es contratada por Hubertus Bigend (el dueño de Hormiga Azul, mega corporación de publicidad) para localizar al diseñador de una colección muy secreta de ropa, unas piezas que solo obtienen quienes tienen la suerte de estar en el momento adecuado o en la lista de correo adecuada. Terminará trabajando con Milgrim, antiguo drogadicto rescatado por Hubertus y ahora empleado de este, quien está trabajando en un proyecto de espionaje industrial para lograr vender uniformes al ejercito de USA.
¿Como algo así da para una historia de espías y secretos? cuando un contrato millonario como el suministro de uniformes se mezcla con ex-militares corruptos, violentos y sobornos.
A pesar de un final bastante flojo, Historia cero me gustó, en cierta forma
me encanta esa especie de fetichismo que expresa Gibson por objetos de culto que se encuentran a medio camino de lo artesanal y lo industrial
(sean curtas, videos anónimos en la red, arte callejero virtual, hoteles boutique o colecciones de ropa limitadas y
secretas) así como ese montón de factoides que sazonan sus historias.
Personajes curiosos, organizaciones secretas, identidades ocultas.
Friki que es uno.