domingo, 9 de marzo de 2008

La princesa Mononoke


Mononoke-hime, 1997
Hayao Miyazaki



Hii-sama: Ashitaka, ¿estás preparado para escuchar tu destino?
Ashitaka: Lo estuve desde el mismo instante en que dejé volar mi flecha.


Un enorme monstruo surge del bosque y ataca al poblado de Ashitaka quien se ve obligado a matarlo. Al momento de morir se descubre que en realidad es un dios jabalí, convertido en monstruo por el dolor y el tormento producido por una pieza de metal en su interior.

Tocado y marcado por este demonio en su brazo derecho, Ashitaka está condenado a muerte y no tiene más remedio que retirarse del pueblo rumbo al este para buscar el origen del demonio y su posible cura. En el camino descubrirá que así como el brazo le produce intensos dolores también le otorga una enorme fuerza, capaz de abrir una puerta que necesita de diez personas para moverla o decapitar a alguien con una flecha.

Así llegará a la Ciudad del Hierro, poblado fortificado donde su líder la señora Eboshi explota el metal para fabricar modernas armas de fuego mientras destruye y tala el bosque cercano. Atacada por los espíritus del mismo que intentan defenderlo, en especial la diosa loba Moro y su hija adoptiva humana San, la Princesa Mononoke*, la señora Eboshi planea defenderse destruyendo al Shishigami, el espíritu del bosque, mientras Ashitaka intentará conciliar las facciones en pugna.

Segundo visionado de esta maravillosa animación de Miyazaki, tarde quizá para comentar una película ya convertida en clásico de la fantasía, donde, más allá del canto a la vida rural ya visto en Mi vecino Totoro y de la denuncia ecológica que también se repetirá en El viaje de Chihiro, me parece asombroso la forma como se presenta el conflicto entre protagonistas y sus antagonistas; alejado del maniqueísmo de buenos versus malos de los cuentos infantiles y de los malvados por naturaleza tan comunes en las películas de fantasía occidentales, los personajes de Miyazaki viajan por la gris frontera de la ética y sus acciones responden a un contexto completamente comprensible y aceptable. Equivocados en sus actos (como esos dioses del bosque capaces de asesinar fríamente), personajes como la Sra. Eboshi son completamente lógicos en el lugar en que se mueven y es imposible sentir repulsa por alguien que como ella rescata prostitutas y leprosos e intenta darles una vida digna introduciéndolos en su comunidad.

Fantasía profunda e inteligente, una historia del ciclo de la muerte y la vida alejada de los estereotipos y de los clichés, muy recomendable para aquellos que automáticamente relacionan "comiquitas" con "cine infantil" (aunque no es para nada malo que los niños vean que los malos no son tan malos ni los buenos son tan buenos).

El trailer:



(*)Mononoke no es un nombre, quiere decir algo así como espíritu vengador, por lo que San sería la Princesa de esos Espíritus Vengadores del bosque.

6 comentarios:

Lobo7922 dijo...

Pues la verdad que hace tiempo tengo ganas de verla, pero nunca he conseguido la oportunidad, tendré que proponerme.

Jorge De Abreu dijo...

Este sábado ví "El Castillo ambulante de Howl" (Howl's Moving Castle), también de Miyazaki.
Es una película que maneja la misma naturaleza de los ambientes y personajes de Miyazaki. Es una película pacifista que va más allá de su tema: es integralmente una película de paz.

Lobo7922 dijo...

Ah no Señor De Abreu, me hace el favor y deja la flojera, vaya y haga un post decente en su propio blog y se busca unas imagenes bonitas de la película y todo, que es esto de hacer un comentario chucuto en el blog de un amigo, como agarrando la cola, por eso es que este país no avanza XD

Jorge De Abreu dijo...

je je je
Cierto, otro post que va a la cola de los posts por hacer

Acerina dijo...

Cómo estaría yo de perdida que no había visto el cambio de look...

:-)

Juan RRR dijo...

Je je, ese cambio solo tiene dos días ;)