Pensamientos irreflexivos de un obstinado que odia a la humanidad
y tiene muy mala ortografía
sábado, 21 de marzo de 2009
Etrange
Etrange, del duo quebecois Dobacaracol, descubiertas gracias a una maravillosa recopilación de Putumayo (ese genial sello discográfico creado por un vendedor de ropa obstinado de la porquería de música que ponían sus empleados en sus tiendas).
Repetida durante veinte minutos esta mañana en el auto ¿es grave?
jueves, 19 de marzo de 2009
Bovedas de acero
The Caves of Steel
Isaac Asimov, 1953
Editorial Random House Mondadori, 2005
Traductor: Luis G. Prado
Más de veinte años después de haberme encontrado con Asimov en esta ya clásica historia de robots en la clásica clave policial acostumbrada a usar por el Buen Doctor regreso en una segunda lectura que asombrosamente descubro es, en muchos aspectos, una nueva lectura.
Se que los años no perdonan y lo que leo la semana pasada ya la próxima está 50% olvidado pero ¡Este libro lo leí en mi adolescencia! ¡Con todas mis neuronas completas! ¡Lo debo haber leído por lo menos dos veces! ¿De donde salió la rima de una canción de protesta contra los Espaciales? ¿Por qué no recuerdo esa emocionante persecución a través de las aceras móviles saltando de una a otra? ¿Todos esos detalles del uso de los baños públicos o los problemas de logística que ocasiona cambiarse de comedor en una sociedad altamente burocrática? ¿Lo depresiva y austera que podría llegar a ser la vivienda de un soltero de bajo nivel? ¿El ambiente tan opresivo que se vive una sociedad tan controlada que por causas de sobrepoblación se encuentra al borde del precipicio?
Pues que en la edición de Martínez Roca (y supongo que la Orbis que viene a ser lo mismo) muchos de estos fragmentos fueron cruel y desalmadamente mutilados, páginas completas en algunos casos y, aunque la historia es contada y la trama se entiende, me siento como si lo que hubiera leído es la Sección de Libros de Reader's Digest. La grosería mayúscula para con el lector/cliente y supongo que se llenarían la boca hablando de copyrigths y demás.
Por supuesto, la Pregunta: ¿Cuántos libros de ciencia ficción resulta ahora que no me he leído?
Y bueno, como diría en El Fantasma, para los que llegaron tarde:
Lije Baley es un policía en New York, en un New York miles de años en el futuro en una Tierra donde la humanidad se encuentra hacinada en las grandes ciudades, ciudades cubiertas y aisladas completamente del medio ambiente. Las colonias espaciales se han independizado y ahora, mucho más avanzadas tecnologicamente y poderosas que la Tierra, intentan introducir la tecnología robótica en una sociedad muy renuente a la misma.
El asesinato de un científico espacial muy influyente en el enclave a las afueras de New York pone a Baley en un caso políticamente peligroso tanto para su futuro profesional y familiar como para el futuro de la humanidad y además soportando un nuevo compañero de investigación en lo que parece una profunda conspiración.
Construida como el típico policial de Asimov donde el protagonista, tras muchos caminos ciegos, llega a la solución lógica ayudado por una conexión casi intuitiva de dos hechos al parecer inconexos e irrelevantes, formula repetida en otras de sus historias, aún se mantiene fresca y agradable. Los años le han pasado en lo que tecnológicamente se refiere (aunque no deja de ser interesante una vara que te lleva a tu destino cambiando su temperatura de frío a caliente) y las intrigas son ingenuas y la forma como se resuelven, como mínimo, inocente. Mejora notablemente en esta nueva edición gracias a una Tierra más opresiva y oscura (¡Con ocho mil millones de habitantes!) gracias a los fragmentos recuperados por Bibliopolis y que habían sido salvajemente mutilados por la gente de Martínez Roca.
Un viejo clásico que aún se puede leer, el Asimov de su época dorada en los años cincuenta aunque aún le faltaba escribir sus mejores libros.
Por supuesto, la Pregunta: ¿Cuántos libros de ciencia ficción resulta ahora que no me he leído?
Y bueno, como diría en El Fantasma, para los que llegaron tarde:
Lije Baley es un policía en New York, en un New York miles de años en el futuro en una Tierra donde la humanidad se encuentra hacinada en las grandes ciudades, ciudades cubiertas y aisladas completamente del medio ambiente. Las colonias espaciales se han independizado y ahora, mucho más avanzadas tecnologicamente y poderosas que la Tierra, intentan introducir la tecnología robótica en una sociedad muy renuente a la misma.
El asesinato de un científico espacial muy influyente en el enclave a las afueras de New York pone a Baley en un caso políticamente peligroso tanto para su futuro profesional y familiar como para el futuro de la humanidad y además soportando un nuevo compañero de investigación en lo que parece una profunda conspiración.
Construida como el típico policial de Asimov donde el protagonista, tras muchos caminos ciegos, llega a la solución lógica ayudado por una conexión casi intuitiva de dos hechos al parecer inconexos e irrelevantes, formula repetida en otras de sus historias, aún se mantiene fresca y agradable. Los años le han pasado en lo que tecnológicamente se refiere (aunque no deja de ser interesante una vara que te lleva a tu destino cambiando su temperatura de frío a caliente) y las intrigas son ingenuas y la forma como se resuelven, como mínimo, inocente. Mejora notablemente en esta nueva edición gracias a una Tierra más opresiva y oscura (¡Con ocho mil millones de habitantes!) gracias a los fragmentos recuperados por Bibliopolis y que habían sido salvajemente mutilados por la gente de Martínez Roca.
Un viejo clásico que aún se puede leer, el Asimov de su época dorada en los años cincuenta aunque aún le faltaba escribir sus mejores libros.
miércoles, 11 de marzo de 2009
Un trabajo muy sucio
A dirty job
Cristopher Moore, 2006
Editorial La Factoría de Ideas, 2007
Traductor:Victoria Horrillo
Charlie Asher, negociante de artículos usados, acaba de perder a su esposa y con una pequeña recién nacida, deberá encargarse de un nuevo trabajo; asistente de la Muerte (así, con M mayúscula). El problema es que las instrucciones de su nuevo oficio se pierden en el camino y Charlie tendrá que aprender prácticamente a los golpes los detalles de esta nueva obligación, complicada además por tener que lidiar con una empleada gótica que desea ese empleo para sí, otro empleado ex-policía quien jura que Charlie es un asesino en serie, un par de vecinas, una rusa y otra china ("el bloque comunista"), quienes a su manera "ayudarán" a Charlie a criar a una bebe con un extraño poder y un par de enormes perros (capaces de comer desde jabón hasta el alternador de un Buick) llegados de quien sabe donde para cuidar a la pequeña Sophie y velar por que Charlie complete las asignaciones que le llegan.
-[...]La gente pensó que era uno de esos padres que zurran sus hijos en los grandes almacenes.
-No seas ridículo, Charlie, la gente adora a los padres que zurran a hijos en los grandes almacenes. Es a los que dejan que sus hijos causen caos a los que todo el mundo odia.
Mientras vemos como las criaturas del inframundo intentan alzarse para dominar la superficie (contra todas las dificultades modernas como lo puede ser una Desert Eagle calibre 50, las dos toneladas de un vehículo a gran velocidad o descubrir que una Claymore actualmente es algo más que una espada a dos manos), Charlie intentará enfrentarles con esa imaginación que caracteriza a los machos beta a lo largo de la historia, asumiendo su rol de Mercader de Almas quizá no muy efectivamente pero si con la naturalidad del que está acostumbrado a que el vaso no solo está medio vacío sino que además tiene un hueco en el fondo.
Y al parecer Christopher Moore es una maquina de best sellers pero para mí, hasta el momento, completamente desconocido y este primer encuentro con esta ficción absurda ha sido de los más satisfactorio. Personajes extraños, algo locos, extravagantes en una historia negramente humorística escrita por un macho beta y dedicada a los machos betas del mundo.
Pues eso, completamente identificado.
fue un macho beta sumamente habilidoso quien descubrió el fuego, aunque, como era de esperar, un macho alfa se lo arrebatara casi enseguida (los alfa fracasaron en el descubrimiento del fuego, pero, como no entendían que no había que agarrar el palo por el lado caliente y anaranjado, se les atribuye en cambio la invención de la quemadura de tercer grado). Pese a todo, la chispa originaria brilla todavía en las venas de todo macho beta. Mientras que los chavales alfa se dan muy pronto a las chicas y el deporte, los beta siguen dedicándose a la pirotecnia hasta bien entrada la adolescencia y a veces incluso pasada esta
martes, 3 de marzo de 2009
Un sicario confundido...
pero definitivamente casado a la idea del desempeño por resultados:
Menos mal que no tenía que matar a un Juan o un Pedro.
No, no es una nueva película de Guy Ritchie, es otra noticia que aparece hoy en la prensa nacional en la siempre llena sección de sucesos. El chiste está demasiado fácil pero ¿qué más le queda a uno? Reírse para no llorar.
Extrapolando el lema carabobeño, definitivamente Venezuela es el territorio de lo posible.
Adenda: agradeciendo a Guido la noticia, quien me la pasó con una advertencia: "Terminator está suelto en Guarenas"
Menos mal que no tenía que matar a un Juan o un Pedro.
No, no es una nueva película de Guy Ritchie, es otra noticia que aparece hoy en la prensa nacional en la siempre llena sección de sucesos. El chiste está demasiado fácil pero ¿qué más le queda a uno? Reírse para no llorar.
Extrapolando el lema carabobeño, definitivamente Venezuela es el territorio de lo posible.
Adenda: agradeciendo a Guido la noticia, quien me la pasó con una advertencia: "Terminator está suelto en Guarenas"
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