Le soldat uublié
Guy Sajer, 1967
Inédita Editores, 2006
Las memorias de Guy Sajer (seudónimo de Guy Mouminoux, dibujante de historietas e ilustrador francés), un adolescente alsaciano, de padre francés y madre alemana, quien en 1942 es reclutado por el ejercito alemán para formar parte del grupo de transporte. Enviado al frente ruso en una carrera para intentar llevar provisiones a la sitiada Stalingrado terminará formando parte de la división élite alemana Großdeutschland. Participará en las batallas de Kharkov, Kursk, la defensa de Rumania y Ucrania hasta la prácticamente destrucción de la división en la Prusia Oriental y describirá el horror, el miedo, el valor, la locura y la crueldad que acompaña a la guerra.
Sajer describe lo inhumano que llegó a ser el Frente Oriental, sus inviernos a más de 30 grados bajo cero, donde los soldados mojaban sus manos en la orina de los otros para intentar conseguir algo de calor, el hambre, el cansancio continuo y la extraña relación de miedo, desprecio y admiración por el enemigo.
El libro ha estado acompañado por mucha discusión acerca de su veracidad; los errores de Sajer en la descripción del uniforme, insignias, operaciones, armas y nombres de oficiales enfrentados al hecho de que no dejan de ser las memorias de un simple soldado de a pie escritas veinte años después de los hechos narrados, libro escrito por un soldado que no tuvo una verdadera formación militar quien oculta a muchos de los protagonistas (incluyendo a él mismo) bajo seudónimos.
En mi opinión poco importa si la insignia tal iba o no en la manga derecha (por poco recuerdo que ropa me puse ayer) o si el capitán Fulanito de Tal no existió en la Großdeutschland, ese miedo, ese terror a la muerte, esos actos irracionales de valor, tal como los describe Sajer, tienen que haber sido vividos personalmente para hacerlos llegar de esa forma tan verídica al lector.
¿Memorias personales aderezadas con experiencias de otros? Quizá.
Obviamente no es ninguna maravilla, Guy Sajer no es ningún escritor de oficio por lo que en ciertos momentos se hace cansino ese estilo machacante de descripciones de combates y ese paseo al vuelo por distintos compañeros de armas que van y vienen, chirrea mucho que sea (o lo fuera para la época) un facha poco arrepentido de su admiración por ese ideal de superhombre ario y su banda de hermanos y que llegue en ciertos momentos a disculpar a Hitler de sus crímenes, pero es una historia espeluznante acerca del horror de la guerra y su irracionalidad y por lo menos no intenta esconder sus inclinaciones (ganando algunos puntos en veracidad).
Si en algunos momentos Sajer alaba la camaradería, la pasión por la vida y la fe en la amistad que genera la guerra, falla irremediablemente si intenta hacernos ver con admiración esta, sus memorias lo traicionan y no puede dejar de verse su historia como una experiencia horrible, supongo que es parte de su drama y conflicto interno.
Guy Sajer, 1967
Inédita Editores, 2006
Las memorias de Guy Sajer (seudónimo de Guy Mouminoux, dibujante de historietas e ilustrador francés), un adolescente alsaciano, de padre francés y madre alemana, quien en 1942 es reclutado por el ejercito alemán para formar parte del grupo de transporte. Enviado al frente ruso en una carrera para intentar llevar provisiones a la sitiada Stalingrado terminará formando parte de la división élite alemana Großdeutschland. Participará en las batallas de Kharkov, Kursk, la defensa de Rumania y Ucrania hasta la prácticamente destrucción de la división en la Prusia Oriental y describirá el horror, el miedo, el valor, la locura y la crueldad que acompaña a la guerra.
Sajer describe lo inhumano que llegó a ser el Frente Oriental, sus inviernos a más de 30 grados bajo cero, donde los soldados mojaban sus manos en la orina de los otros para intentar conseguir algo de calor, el hambre, el cansancio continuo y la extraña relación de miedo, desprecio y admiración por el enemigo.
El libro ha estado acompañado por mucha discusión acerca de su veracidad; los errores de Sajer en la descripción del uniforme, insignias, operaciones, armas y nombres de oficiales enfrentados al hecho de que no dejan de ser las memorias de un simple soldado de a pie escritas veinte años después de los hechos narrados, libro escrito por un soldado que no tuvo una verdadera formación militar quien oculta a muchos de los protagonistas (incluyendo a él mismo) bajo seudónimos.
En mi opinión poco importa si la insignia tal iba o no en la manga derecha (por poco recuerdo que ropa me puse ayer) o si el capitán Fulanito de Tal no existió en la Großdeutschland, ese miedo, ese terror a la muerte, esos actos irracionales de valor, tal como los describe Sajer, tienen que haber sido vividos personalmente para hacerlos llegar de esa forma tan verídica al lector.
¿Memorias personales aderezadas con experiencias de otros? Quizá.
Obviamente no es ninguna maravilla, Guy Sajer no es ningún escritor de oficio por lo que en ciertos momentos se hace cansino ese estilo machacante de descripciones de combates y ese paseo al vuelo por distintos compañeros de armas que van y vienen, chirrea mucho que sea (o lo fuera para la época) un facha poco arrepentido de su admiración por ese ideal de superhombre ario y su banda de hermanos y que llegue en ciertos momentos a disculpar a Hitler de sus crímenes, pero es una historia espeluznante acerca del horror de la guerra y su irracionalidad y por lo menos no intenta esconder sus inclinaciones (ganando algunos puntos en veracidad).
Si en algunos momentos Sajer alaba la camaradería, la pasión por la vida y la fe en la amistad que genera la guerra, falla irremediablemente si intenta hacernos ver con admiración esta, sus memorias lo traicionan y no puede dejar de verse su historia como una experiencia horrible, supongo que es parte de su drama y conflicto interno.
2 comentarios:
Lei este libro hace un par de meses luego de que un amigo me lo recomendará; la verdad es que me gustó, pero no me removió.
Yo leí El soldado olvidado hace más de un año y desde entonces me he acordado varias veces del libro. A mí sí me removió (por utilizar el mismo verbo que Coleóptero) y poco me importa que sea una historia real o ficcticia. Estoy segura de que lo que cuenta fue verdad, si no fue para Sajer, si para otros muchos soldados.
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