Este miércoles, a la edad de 92 años, falleció Irving Penn.
Nació en 1917, estudio diseño en Philadelphia. Contratado en 1943 por Vogue como diseñador de portadas y fotógrafo, realizó más de 160 portadas para la revista quienes continuaron publicando trabajos suyos hasta una fecha tan cercana como el año pasado.
Su trabajo fue revolucionario cambiando radicalmente el estilo de la fotografía de moda en la post-guerra; sus composiciones eran simples, elegantes, muy geométricas, sobre un sencillo fondo plano. Sus modelos, tanto en moda como en retrato, desde escritores, artistas y bellas modelos hasta sencillos trabajadores o aborígenes de Nueva Guinea, se exponían solitarios o en grupo sobre un sencillo sinfín del que frecuentemente se mostraban los bordes y soportes o se comprimían en una apretada esquina buscando poses distintas a las habituales.
Sus retratos son sorprendentes, en extremo minimalistas tenían capacidad de mostrar la personalidad de sus protagonistas, desde un simple deshollinador hasta la más cotizada top-model.
En sus últimas décadas extrañamente re-dirigió su cámara hacia unas naturalezas muertas compuestas de colillas de cigarrillos, basura y desechos de las calles ¿Sería una reacción ante la belleza que lo acompaño toda la vida?
Se casó con la hermosa Lisa Fonssagrives, su modelo en muchos de sus mejores retratos y portadas, era hermano del director de cine Arthur Penn (Bonnie & Clyde).
Más de su trabajo por acá.
“A good photograph is one that communicates a fact, touches the heart and leaves the viewer a changed person for having seen it. It is, in a word, effective.”
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