Pensamientos irreflexivos de un obstinado que odia a la humanidad
y tiene muy mala ortografía
miércoles, 14 de octubre de 2009
Sam Weber y El señor de las moscas
El señor de las moscas, de William Golding, es un libro que nadie debería dejar de leer; esta historia de esos taimados y diabólicos enanos que son los niños quienes, dejados a su arbitrio en una isla abandonada, llegan a mostrar la verdadera y cruel naturaleza humana es todo un clásico, pero un clásico que debe ser leído y disfrutado (no como María, Cumbres borrascosas u Oliver Twist, esos ladrillos de los que muchos hablan y que sirven para hacer bulto en la biblioteca).
Pero el asunto no va exactamente hacia el libro sino a las ilustraciones que acabo de descubrir que Sam Weber ha realizado para una nueva edición inglesa del mismo.
No dejo de maravillarme como la esencia de ese libro se puede mostrar en unas falsamente sencillas ilustraciones, empezando por esa portada que resume la totalidad de una obra tan compleja (ese detalle del lente roto es genial). Falsamente sencillos porque con pocos trazos y colores realiza una descripción perfecta de esa escena resumiendo montones de páginas en una imagen, son imágenes profundas que transmiten más de lo que aparentan. Definitivamente, menos es más.
Maldita y cochina envidia me genera la capacidad que tienen artistas como Weber.
Y, aunque no sea una edición ilustrada, no se pierdan El señor de las moscas.
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4 comentarios:
Totalmente de acuerdo en que hay que leerlo y disfrutarlo, al menos una vez. Personalmente me gustan los libros que advierten sobre lo peor del género humano como un todo, mas que sobre individuos que por alguna razón podemos catalogar como "buenos" o "malos", pero de forma aislada (como si fuese algo inherente a ellos, y el resto de la sociedad fuese un simple observador).
Dentro de este grupo mencionaría: 1984 - George Orwell, impelable y siempre excelente; Un mundo feliz - Aldous Huxley, la primera que leí, me gustó mucho en su momento; y Congreso de futurología - Stanislaw Lem, de opiniones divididas, aunque a mí me encantó.
Curiosamente, en este momento no recuerdo ningún libro que hable de lo buenos que somos o podemos llegar a ser.
Saludos.
En cierta forma en muchos de esos libros se habla de lo bueno que podemos ser, que esa bondad sea derrotada, golpeada o convertida es otra cosa.
En algunos de estos libros hasta se deja un pequeño resquicio para la esperanza (caso de Mundo feliz por ejemplo, aunque no es una historia donde exista una verdadera maldad)
Hace aproximadamente dos semanas he visto la adaptación cinematiográfica de 1963, dirigida por Peter Brook. Es inmensamente superior a una estadounidense que se hizo en los noventa, pero no sé por qué, viendo estas magníficas ilustraciones, termino de confirmar lo que ya pensaba: la novela de Golding es tan extraordinaria como ideal para ser aprovechada cinematográficamente, extrayéndole todo el jugo posible. Me hubiera gustado ver qué habría hecho un director como Kubrick o Tarkovski con ésta historia.
La versión del 63 es la única que he visto pero fue hace tanto tiempo que no la recuerdo para nada.
La tendré que buscar para que se una a la pila cada vez más creciente de DVD pendientes de ver :(
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