lunes, 30 de noviembre de 2009

De AVECOFA y su concurso

La Asociación Venezolana de la Comunidad Fotográfica y Afines, AVECOFA, nuevamente ha realizado su Concurso de Fotografía Amateur.

El proceso de evaluación es bastante singular; en un salón abierto al público cuatro jurados califican la fotografía, cuatro votos positivos pasa a la exposición, con tres votos van a una segunda ronda donde en un segundo visionado es posible que pasen o no. Luego las fotos con cuatro votos son nuevamente evaluadas para clasificarlas como "premiables" o no, en esta última etapa la evaluación debería ser más estricta incluyendo comentarios en pro o en contra de cada foto por parte del jurado. Las mías no pasaron a la etapa de "premiable" pero aún así, tres de cuatro fueron escogidas para ser expuestas.

Frente a Avedon

Autobus. Final del día

Por partes

Viéndolo así en crudo pareciera un proceso interesante y educativo; que una foto sea evaluada en público cuando menos debería servir para conocer debilidades y fortalezas, un agradable/desagradable proceso de aprendizaje. Lamentándolo mucho el resultado ya no es lo satisfactorio que pudo haber resultado en el pasado, AVECOFA sufre un grave caso de senilidad, tanto física como mental o lo que es más grave, y que normalmente lo veo en otras muchas áreas del país que me tocó vivir, los supuestos profesionales se han estancado incapaces de actualizarse.

Debería sentirme satisfecho de que tres de mis fotos vayan a ser expuestas pero la verdad es que ver rechazar trabajos ajenos excelentes porque "el objeto principal se encuentra en el centro del encuadre" (Richard Avedon te jodiste, tus fotos no sirven), "el flash es demasiado fuerte y directo al rostro" (Diane Arbus, ya sabes, a coger un curso de fotografía básica) y "esa foto solo funcionaría en una galería de arte" (Man Ray, dedícate a otra vaina) no pareciera hablar bien de las mías.

Uno de los jurados obsesionado con el "punto áureo" de la foto, explicando al público como el "punto áureo no debe estar en el centro de la foto" (supongo que quería decir que el punto de interés "debería" de situarse en alguno de los puntos áureos) o declarando categórica, enfática y dogmáticamente que "el personaje protagonista de una foto debe mirar siempre hacia adentro de la misma, siempre" y que nunca se debe centrar al protagonista (cosas que el mismo en algunas de sus fotos no cumple), unido a otro jurado incapaz de justificar su voto negativo ante un atardecer (aburrido como cualquier atardecer fotografiado, es verdad, pero por lo menos que lo diga) o el otro señor, mayorcito él, muy simpático eso sí, preocupado por el trabajo de laboratorio cuando la totalidad de esas fotografías seguro fueron hechas en digital, no hacen más que mostrar que es necesario un refrescamiento de conocimientos que saque a algunos de esos señores del oscuro mundo del dogma fotográfico en que se encuentran.

El mismo concurso, hace un año, contó con la participación, a manera de presentador/coordinador, de un fotógrafo del que lamentándolo mucho olvidé el nombre Markos Leave así como de la mirada más crítica y actual de Roberto Mata en el jurado. Ambos supieron mostrar un verdadero criterio fotográfico, desmejorando mucho el proceso de calificación cuando tuvieron que retirarse. Tenía la esperanza de encontrar más como ellos este año pero me siento defraudado.

Y, para que el que quiera saber un poco más de composición, haciendo click acá las reglas básicas de la misma, por lo menos se destaca la diferencia entre la Regla de Tercios y la Regla de la Sección Aurea, cosa que el jurado en cuestión igualaba y/o equiparaba a diestra y siniestra. Por supuesto, nuevas ideas que refrescan el campo, la Composición en Diagonales.

Ya saben, no se les ocurra tomar una foto así, así, así o asao.

Cometerán errores garrafales de composición.

Adenda: gracias a Maru por recordarmelo, Cartier-Bresson tampoco sabía de fotografía, esta foto pierde gran cantidad de puntos ya que el protagonista no mira hacia el interior del encuadre.

sábado, 28 de noviembre de 2009

De conciencias adormecidas

Para el mal rige la misma ley que para la pornografía. El impacto ante las atrocidades fotografiadas se desgasta con la repetición, tal como la sorpresa y el desconcierto ante una primera película pornográfica se desgastan cuando se han visto unas cuantas más. Ese tabú que nos provoca indignación y aflicción no es mucho más tenaz que el tabú que regula la definición de lo obsceno. Y ambos han sufrido rigurosísimas pruebas en los últimos años. El vasto catálogo fotográfico de la miseria y la injusticia en el mundo entero le ha dado a cada cual determinada familiaridad con lo atroz, volviendo más ordinario lo horrible, haciéndolo familiar, remoto («es sólo una fotografía»), inevitable. En la época de las primeras fotografías de los campos de concentración nazis, esas imágenes no eran triviales en absoluto. Después de treinta años quizás se haya llegado a un punto de saturación. En estas últimas décadas, la fotografía «comprometida» ha contribuido a adormecer la conciencia tanto como a despertarla


Susan Sontag, Sobre la fotografía

lunes, 16 de noviembre de 2009

De buenos modales

Los buenos modales de una cultura de la cámara dictaminan que se debería simular inadvertencia cuando un desconocido fotografía en un lugar público siempre y cuando el fotógrafo permanezca a una distancia discreta: o sea, se supone que no se debe estorbar al fotógrafo ni adoptar poses.

Susan Sontag, Sobre la fotografía

martes, 3 de noviembre de 2009

¡Chúpate esa!


You suck: a love story
Christopher Moore, 2007
La Factoría de Ideas, 2008
Traductor: Victoria Horrillo Ledesma


Jody, una hermosa pelirroja, está enamorada de Tommy, un joven pichón de escritor, empleado nocturno de un supermercado, y quiere pasar el resto de la eternidad junto a él por lo que decide convertirlo en vampiro.

-¡Me has matado zorra!¡Qué asco das!

Ahora tendrán que compartir el sexo salvaje, los gastos del loft, la búsqueda de víctimas para alimentarse y de un esbirro que los proteja y los cuide durante el día que todo buen vampiro que se respete debe tener (lo que fue Tommy para Jody antes de terminar enamorados).

Mientras lidian con su nueva condición, deberán esconderse y defenderse de los antiguos compañeros de trabajo de Tommy, un grupo variopinto de drogadictos desadaptados (Los Animales) obsesionados con una prostituta teñida de azul ("¿nunca has querido tirarte a una pitufa?"), dos policías que ya les habían ordenado irse de la ciudad y el antiguo vampiro que había convertido a Jody y ahora quiere vengarse.

Ante tanto vampiro enamorado cursi que ronda las librerías, pantallas de cine y de TV, muy refrescante está aproximación al mito en plan de completa mamadera de gallo, la burla total al género y a tanto niñato dark que pulula por ahí empezando por el título en inglés: You suck, "tú chupas" pero también "apestas".

Nuevamente Moore nos regala numerosos cameos de sus otros libros con personajes ya conocidos (El Emperador, Charlie Asher y su tienda de segunda mano, la gótica Abby Normal y el agente Rivera) incluyendo además una escena de otro libro desde el punto de vista de otro personaje. Mucho mejor resuelta que los anteriores, Moore pareciese estar aprendiendo a terminar de una manera más limpia y lógica tantos absurdos hilarantes.

Desgraciadamente, esta novela es la secuela de otro nunca publicada en español, Bloodsucking Fiends, 1995. Se puede leer sin problemas pero se hubiera agradecido la publicación de ambos, cosas extrañas que se mueven en los oscuros recovecos de los cerebros editoriales.

-Podría ser la esclava de tus deseos más oscuros -dijo Abby-. Puedo hacer muchas cosas. Todo lo que tú quieras.
Al vampiro Flood le dio un ataque de tos. Cuando se recuperó, dijo:
-Bueno, eso es genial, porque tenemos un montón de ropa sin lavar y el apartamento está hecho un asco.
La estaba poniendo a prueba. Para ver si era digna de entrar en su mundo.
-Todo lo que tú desees, mi señor. Puedo lavarte la ropa sucia, limpiar y traerte pequeñas criaturas para aplacar tu sed hasta que sea digna de ti.
Al vampiro Flood le dio la risa.

domingo, 1 de noviembre de 2009

¿Estafa?

Con unos días de retraso, tal como aparece la noticia en la BBC:

En su fallo de este martes, el Tribunal Correccional de París declaró al grupo [Iglesia de la Cienciología] culpable del delito de "estafa en banda organizada" por haber abusado financieramente de adeptos vulnerables

Y digo ¿Esto mismo no aplica al 99% de las religiones y cultos organizados?

(El 1% es por el beneficio de la duda)