You suck: a love story
Christopher Moore, 2007
La Factoría de Ideas, 2008
Traductor: Victoria Horrillo Ledesma
Jody, una hermosa pelirroja, está enamorada de Tommy, un joven pichón de escritor, empleado nocturno de un supermercado, y quiere pasar el resto de la eternidad junto a él por lo que decide convertirlo en vampiro.
-¡Me has matado zorra!¡Qué asco das!
Ahora tendrán que compartir el sexo salvaje, los gastos del loft, la búsqueda de víctimas para alimentarse y de un esbirro que los proteja y los cuide durante el día que todo buen vampiro que se respete debe tener (lo que fue Tommy para Jody antes de terminar enamorados).
Mientras lidian con su nueva condición, deberán esconderse y defenderse de los antiguos compañeros de trabajo de Tommy, un grupo variopinto de drogadictos desadaptados (Los Animales) obsesionados con una prostituta teñida de azul ("¿nunca has querido tirarte a una pitufa?"), dos policías que ya les habían ordenado irse de la ciudad y el antiguo vampiro que había convertido a Jody y ahora quiere vengarse.
Ante tanto vampiro enamorado cursi que ronda las librerías, pantallas de cine y de TV, muy refrescante está aproximación al mito en plan de completa mamadera de gallo, la burla total al género y a tanto niñato dark que pulula por ahí empezando por el título en inglés: You suck, "tú chupas" pero también "apestas".
Nuevamente Moore nos regala numerosos cameos de sus otros libros con personajes ya conocidos (El Emperador, Charlie Asher y su tienda de segunda mano, la gótica Abby Normal y el agente Rivera) incluyendo además una escena de otro libro desde el punto de vista de otro personaje. Mucho mejor resuelta que los anteriores, Moore pareciese estar aprendiendo a terminar de una manera más limpia y lógica tantos absurdos hilarantes.
Desgraciadamente, esta novela es la secuela de otro nunca publicada en español, Bloodsucking Fiends, 1995. Se puede leer sin problemas pero se hubiera agradecido la publicación de ambos, cosas extrañas que se mueven en los oscuros recovecos de los cerebros editoriales.
-Podría ser la esclava de tus deseos más oscuros -dijo Abby-. Puedo hacer muchas cosas. Todo lo que tú quieras.
Al vampiro Flood le dio un ataque de tos. Cuando se recuperó, dijo:
-Bueno, eso es genial, porque tenemos un montón de ropa sin lavar y el apartamento está hecho un asco.
La estaba poniendo a prueba. Para ver si era digna de entrar en su mundo.
-Todo lo que tú desees, mi señor. Puedo lavarte la ropa sucia, limpiar y traerte pequeñas criaturas para aplacar tu sed hasta que sea digna de ti.
Al vampiro Flood le dio la risa.
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