martes, 2 de enero de 2007

Me dejó una chiva, una burra negra...

Y se acabó el año ¿qué se puede decir?

Primero, se murieron dos grandes hijoeputas (más referencias acerca de las teorías del hijoeputismo aquí); uno, el chileno, se murió de viejo, tranquilito, en su casa y con un enorme grupo de simpatizantes defendiéndolo y llorándolo. Se podría decir que si, como creo, no hay nada después de esto entonces ganó y se rió en la cara de todos. El otro, el iraquí, colgado del cuello hasta morir, genera cierta sensación de justicia mientras no pensemos mucho en las condiciones del juicio y en la forma en que esos hijoeputas que lo apoyaron y lo mantuvieron en el poder mientras les sirvió son los mismos que ahora lo juzgan. De todas formas hay cierto sentimiento de alivio de que en el mundo dos individuos que generaron muerte, tortura y represión ya no tendrán la oportunidad de hacerlo de nuevo.

Segundo, en este país, mi país, tu país, volvió a ganar el que ya todos sabíamos que iba a ganar (excepto algunos desubicados, que de todo hay en la viña del señor); nos seguiremos calando a Hugo Rafael Chávez Frías como excelentísimo presidente de la República Bolivariana mesma de Venezuela, seis años más de incontinencia verbal, aumento del gasto publico, incompetencia en la gestión, corrupción, desaprovechamiento, pérdida y entrega de los recursos nacionales, amenazas a los medios de comunicación, disminución de la calidad de vida y en general, seguiremos caminando hacia ese precipicio que estos trasnochados llaman Socialismo del Siglo XXI pero no tienen ni puta idea de que es.

Tercero, uniéndome a la orgía de gastos que la renta petrolera ha generado en Venezuela, viajé dos veces al exterior. Conocí Buenos Aires y volví a Nueva York después de seis años y luego de cada uno de estos viajes estoy más seguro de que el venezolano olvidó (o nunca ha sabido) lo que es vivir bien. Seguimos (y quizás esa sea una de las causas de que suframos el factor Chávez) creyendo que sinónimo de vivir bien es tener; tener un carro, tener un DVD, un whiskey caro, cuando la calidad de vida debería medirse en la capacidad de poder vivirla; la capacidad de disfrutar lo que se tenga, poco o mucho, pero poder disfrutarlo con gusto, con seguridad y con distintas opciones para elegir como y cuando disfrutarlo. No se, creo que me lío y no llego a ninguna parte, es algo que va más allá de la simple posesión física de objetos y se acerca más a una visión de gozo, ocio y placer.

Cuarto, hice un montón de ilustraciones para cuentos en la red; Necronomicón, Rescepto, Alfa Eridiani, Forjadores. Hasta salí publicado en papel, en Tierra de Leyendas V (aunque sea una publicación amateur sufragada por los propios autores). Es agradable que lo consideren a uno para esto, no estoy muy seguro que sea por la calidad de los dibujos sino más bien por la disposición a hacerlos.

Quinto, por fin participé en un concurso de fotografía, organizado esta vez por Avecofa en octubre, Mavele y yo estuvimos por tres míseros días expuestos en el CCCT, no ganamos, pero nos seleccionaron y estuvimos cada uno así de pasar a la final :). Mis fotos a continuación:












Sexto, sigo en el mismo trabajo, realizando el mismo trabajo de mierda por el que me pagan, peleando con el kinder que tengo como grupo supervisado, en una empresa desorganizada, llena de procedimientos que nadie sigue o que en caso de ser seguidos lo único que hacen es estorbar, con una gerencia en la que se cumplió el Principio de Peter (casi seguro como ocurrió conmigo) que se preocupa más por conseguir cargos y elucubrar planes de desarrollo en el aire con enormes inversiones, pero exigiendo reducir el gasto, que en resolver los problemas reales existentes (el eterno conflicto entre importante y urgente). El único consuelo que me queda es que estoy seguro de que todas las empresas grandes adolecen de lo mismo y como mal que bien no estoy tan mal pagado, anualmente tengo mi mes de vacaciones para olvidar y tratar de viajar lejos de esto.

Y séptimo, terminó el año con la familia enferma, extrañamente enferma, lo que me preocupa, personas que conozco en la web muy graves, lo que me impactó y deprimió, pero con una pareja de amigos embarazados, asombrosamente felices y uno de ellos totalmente despreocupado (para mí que aún no ha aceptado bien el coñazo ¿quién, con cuatro dedos de frente, puede querer traer niños al mundo?) lo que en cierta forma es un alivio, aunque sigo viendo al universo como una cosa esencialmente contraria a la fútil existencia humana.

Debe haber un mundo mejor que este y está cerca, no hay que cruzar ninguna puerta luminosa o tunel, estoy casi seguro.

Y por supuesto, existe la gente...creo.

4 comentarios:

Jorge De Abreu dijo...

¡Qué casualidad, encontrarte por aquí... Definitivamente suenas a tu yo mesmo :-)))))

Mr. G dijo...

Otro mundo es posible, pero con seguridad pertenece a otras formas de vida que evolucionaron en él. Probablemente ni siquiera seamos biocompatibles con ese mundo.

En fin, revisa las nacionalidades de tus padres y abuelos o aplica a alguno de esos países desarrollados con grandes extensiones de tierra despoblada. Seguro algo sale.

Salud.

Anónimo dijo...

En vez de quejart tanto, agradece que tienes trabajo, muchos ni lo tienen y que estas vivo, muchos lo pueden estar pero conectados a un aparato. En primer lugar si no amas a tu país no te amas a tí mismo, ni a tus padres ni a tu familia, ni a nadie, en vez de quejarte tanto, haz algo por el bienestar de esas personas que viven en tu país y por hacer que sea mejor, por personas como tu el mundo no progresa, ni progresará y ya que tanto presumes de tus viajes pues vete entonces a un país donde si te quieran y sea "más desarrollado" aunque con esa forma de pensar y ese resentimiento social no creo q te quieran en ningún lado. Amigo, solo te digo, evoluciona y madura, suerte es que te digo...

Juan RRR dijo...

Curioso, casi juraría que el mundo progresa por gente que quiere vivir mejor y no solo se contenta y agradece por estar viva.

Y más curioso aún es como amar al país pareciera para algunos idiotas sinónimo de amar a Chávez, que de todo el texto, lo único que creo se desprende es que no amo es a ese señor. Como esto terminó en no amar a mi país la verdad es que se me escapa.

Y bueno, madurar y evolucionar también implica no escribir anónimos.

Imbecil