"Hacía calor, la noche que quemamos a Cromo"
Me gusta el cyberpunk.
Casi pareciera una declaración de principios, pero si algo he descubierto navegando por internet es que pareciera que pertenezco a una minoría. Además, pertenezco a otra minoría: excepto algunas excepciones, me gusta lo que escribe Gibson.
Entonces, si usted quiere entrar al universo del cyberpunk (y odiarlo o amarlo) y además conocer a Gibson en las distancias cortas, una buena opción es Quemando Cromo; una recopilación de sus primeros relatos, 10 historias (algunas en colaboración) de cuando el sub-género estaba en ascenso, antes de que llegara a su cima y se quemara entre sopotocientas malas copias.
No hay que dejarse asustar por las versiones cinematográficas (el caso de Jhonny Mnemónico y Hotel New Rose); no les llegan ni de cerca a los cuentos. Combate aéreo y Quemando Cromo hablan de la soledad en la sociedad moderna y van mucho más allá de los fuegos de artificio del cyberpunk tradicional y el Continuo Gernsback es una fantasía psicodélica perfecta para los que siempre nos quejamos de que éste no es el futuro que nos prometieron hace 50 años.
El mundo actual está conectado, es sucio, tecnológico y ubicuo.
Como en el cyberpunk.
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