Los carteles, su historia y lenguaje, de J. Barnicoat
Eso de estudiar en otra ciudad y tener que vivir en una pensión no se lo recomiendo a nadie. Compañeros de habitación borrachos, peleas de parejas y robos de comida en esa nevera comunal son algunas de las cosas que hay que calarse.
Claro, tiene sus ventajas, existe la oportunidad de conocer un mundo de personajes con los que normalmente no te encontrarías. Por ejemplo, entre los que recuerdo, un estudiante de filosofía bastante singular, un antiguo guardia nacional empleado de un banco (muy buenas sus anécdotas), un licenciado en música amante del rock sinfónico y eterno despechado y por breve tiempo un maracucho diseñador gráfico que venía pocos días al mes a Caracas para hacerle unos trabajos a un partido político.
A través de éste último llegó a mis manos este libro que es una historia del afiche desde sus orígenes a finales del siglo XIX y toda su popularización y desarrollo a lo largo del siglo XX.
Y no es que me lo haya robado, no no no, se lo pedí prestado y por un proceso natural en el orden de cualquier habitación (que casualmente ocurrió cuando me dijo que no regresaba a Caracas) el libro terminó escondido debajo de un grueso tomo de cálculo y otro de amplificadores operacionales y, qué cosas, nunca regresó con su dueño.
Pero juro que si me lo hubiera pedido se lo hubiera devuelto.
Por este puño de cruces.
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