lunes, 26 de septiembre de 2011

(30 libros) 25. Uno para aprender a perder

Wilt, de Tom Sharpe

Wilt es un profesor de literatura es una escuela técnica, sus alumnos son un montón de desadaptados que bordean peligrosamente la delincuencia y están interesados en cualquier cosa menos en la literatura. Su esposa es una cuaima terrible algo tonta pero dominante. Wilt fantasea con asesinarla y una noche borracho decide practicar con una muñeca inflable. Cuando su esposa decide salir de viaje sin decirle a nadie y alguien es testigo del asesinato de la muñeca, Wilt se convierte en el único sospechoso de la policía.

Perdedor de la clase media trabajando en una escuela pública, su esposa es una perdedora que no lo sabe pero con ínfulas de clase alta y sus alumnos son un grupo de perdedores que solo desean alcanzar la edad suficiente para emborracharse legalmente (cosa que es la ocupación principal de Wilt y sus colegas). Que la policía sea más estúpida que los propios alumnos de Wilt es solo la conclusión lógica de esta crítica acida a la sociedad británica de la era Thatcher.

Al final (sin que esto sea un spoiler, ya deberíamos suponerlo) termina a salvo de toda esta serie de equívocos pero para continuar con su trabajo mal pagado, sus alumnos desmotivados y su terrible esposa. El mismo perdedor de siempre, vencedor vencido.

Este libro nos enseña a tomarlo filosóficamente, mejor si es acompañado de una cerveza en la barra de un pub.

2 comentarios:

Maru Aveledo dijo...

No se porqué la descripción que hace Tom Sharpe de la sociedad británica de pronto me recordó a las fotos de Martin Parr

Juan RRR dijo...

ja ja, pues si.